Desde esta cueva, puedo ver que hay vida.
Las nubes, el sol, invitan a salir.
Las mañanas siguen siendo repetidas,
rutinas que atrapan al tiempo.
¿Qué hay que no puedo salir?
¿Tanto se ha dañado este corazón,
que le cuesta latir?
Sin embargo, imagino tu sonrisa en los vientos que se cruzan,
imagino que se abren tus brazos para atraparme,
imagino tu voz en la calma,
imagino tu dulce sabor que me lleva a volar otra vez.
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