Las señales se cuelan sutilmente.
Son signos que embriagan de placer.
Si una flor sabe que una gota la despierta,
si una mirada puede desnudar un corazón,
si otra melodía te lleva a ese instante de una piel que sacude,
¿por qué no vas a hacer la vía que recorre sueños?
Ya sabés que es caprichoso el azar
y que las aventuras se hacen camino al andar;
entonces ¿una cama es mejor que el néctar que te invita al baile?
Nunca vi una abeja que no quiera el sabor de un jardín lleno de tantos colores.
Gral. Rodríguez, Buenos Aires, Argentina
Foto by Walter Brizuela
Poema: Diego TL
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