al sol, donde las espigas de tus ojos brillan.
algo nos quedó de aquellos sueños sin jardín.
algo nos dejó aquella madrugada sin que puedas recoger la savia de este corazón roto.
ahora es tiempo de abrirse a la majestuosa soledad de otra siesta sin abrigo,
de perderse en el cálido recuerdo de un futuro sin pasado,
de no caer en la desesperada ilusión de no saber a dónde ir.
se imponen las nubes, pero no nublan nada.
se impone una canción, pero me lleva a otros ojos.
al final, quizás hay otro brillo que me arroje a las espigas del amor.
Foto by Walter Brizuela
Poema: Diego TL
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